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Las emociones, los pensamientos……
No te preocupes!!!.No es para tanto!!!,. estas exagerando!!!
No te puedes poner así por eso.No vale la pena estar triste!!!!
Todos hemos recibido alguna vez comunicaciones similares a éstas. Entonces, apenas las escuchamos, corremos a abrir la cajita de herramientas para “cambiar lo que sentimos”, todos ilusionados, hasta que nos damos cuenta de que simplemente no podemos. La cajita resulta inútil, lo que sentimos es algo que no depende de nuestra voluntad.

Por supuesto que una vez que una emoción se ha disparado, contamos con varios recursos para elegir cómo responder a ella, pero esa es otra historia.
Las emociones tienen siempre un disparador –un evento que las precipita; que no podamos identificarlo desde afuera no significa que la emoción surgió “de la nada”. Todos los seres humanos estamos preparados para
experimentar todas las emociones ya que son parte del desarrollo evolutivo de nuestra especie y cumplen una función. En este sentido no hay tal cosa como emociones “buenas” o “malas”, “correctas” o “incorrectas”.

Nos dicen “no te preocupes, no es nada”  en este momento la persona está tratando de ayudar, de calmar, de aliviar. Sus intenciones son buenas pero probablemente provoque el efecto contrario, hacernos sentir equivocados y alejarnos de la emoción. A esto le llamamos invalidar, comunicarle al otro que lo que siente es incorrecto, que debería sentir  algo distinto, que no es comprensible lo que le pasa.

Básicamente, lo que está detrás de la comunicación  invalidante es la no aceptación de la experiencia emocional
del otro. Todas las emociones que experimentamos son siempre válidas y tienen sentido para la propia persona.

Así que simplemente y con todo el respeto hacia ellas, a su grandeza, os invito a dejarlas salir y experimentar el estado, observando desde una percepción nueva que las ha disparado y el porqué, para prepararnos y aprender de ellas.

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